Ya hace algunos años siento una inevitable atracción por el mundo de los exo-esqueletos. Me parecen de ciencia ficción y, sin embargo, hoy ya son una realidad en el mercado español.
Para quien nunca haya visto uno, se trata de dispositivos de uso industrial, cuyo fin es evitar lesiones musculoesqueléticas a los trabajadores, al mismo tiempo que incrementan notablemente la productividad del operario.
Una imagen vale más que mil palabras. Y si pongo dos imágenes, son dos mil palabras que me ahorro.
EXO-ESQUELETO P/ HOMBROS + CUELLO
Los mercados en los que visiblemente han tenido mayor aceptación son las industrias de: automoción, aviación, naviera, logística, construcción, pero su aplicación se podría extender a muchos otros ámbitos.Los hay de muchos tipos, pero estos en concreto son exo-esqueletos pasivos, lo que significa que su mecanismo es mecánico y funciona a través de un sistema de poleas, que descarga y redistribuye el peso al resto del cuerpo, aligerando la carga al portador (entre 8 y 16 kg en una carga de hasta 25 kg). Y ayuda al usuario a mantener una higiene postural correcta, disminuyendo así el riesgo de dolencias.
Por ejemplo, un electricista, que trabaje con los brazos levantados por periodos prolongados o que tenga que sostener un taladro, notará sin duda un menor estrés físico.
Podrían ser también utilizados por agricultores en cosechas manuales, por auxiliares médicos en la manipulación de personas enfermas o ancianas, por reponedores en supermercados, maleteros del aeropuerto, limpia cristales… Seguramente se os ocurrirán muchas más aplicaciones.
Que una tarea implique menos esfuerzo, sin duda repercute directamente en una mejora de la productividad.
Según un estudio ergonómico de HAL: TNSRE.2019.2945368 hal-02301922v2, el estrés físico que sufre el empleado con un exo-esqueleto, es el 55% menor, es decir, que podríamos decir que emplea la mitad del esfuerzo.
Veamos un ejemplo. Si un operario levanta 50 cajas en 1 hora con la mitad de esfuerzo, la duración de cada tarea podría verse reducida, con lo cual en una hora podrá levantar más cajas. Estas cajas adicionales representarán el incremento de la productividad. En este caso, la productividad se calcularía en función de la reducción del tiempo empleado en cada tarea. Esto dependerá de las características intrínsecas de cada tarea.
Lo que está claro es que la productividad aumenta en la medida en que se puedan realizar más tareas. Si el proceso no permitiera reducir el tiempo de la tarea, el beneficio sigue siendo que el operario emplea la mitad del esfuerzo. Al final de la jornada este trabajador estará menos cansado y disminuirá el riesgo de lesiones por sobre-esfuerzos.
Si son tan maravillosos los exo-esqueletos, ¿por qué su uso está tan acotado a las grandes industrias? Más allá de que sea un producto novedoso, es verdad que estos dispositivos no están al alcance de cualquier bolsillo. Para daros una idea aproximada, cuestan entre 4 y 6 mil euros cada uno.
Sin embargo, el retorno de la inversión podría obtenerse teniendo en cuenta estos parámetros para ver si son rentables (además de ser beneficiosos para la salud de nuestros trabajadores):
¿Qué incidencia de bajas por lesiones musculoesqueléticas tengo en mi empresa y qué costes directos e indirectos suponen dichas bajas?
¿Qué aumento de la productividad podría conseguir si los operarios se cansaran la mitad? Por ejemplo ¿Podrían transportar más cajas?
¿Quiero invertir en la salud de mis empleados? (intangible)
¿Cómo percibirán mis empleados una mejora sustancial en la protección de su salud? (intangible)
Por último, me gustaría hacer un matiz con relación a los Equipos de Protección Individual. Si bien, un equipo como el antes descrito podría considerarse un EPI, éste se diferencia en que no solo protege al empleado frente a lesiones, sino que hace que el empleado, según lo antes expuesto, pueda alcanzar una mayor productividad.
Quiero agradecer a AEPSAL por brindarme este espacio para compartir estas reflexiones.
Muchas gracias,
Ana PODZUN