La autora de este artículo de opinión es Mireya Rifá Fabregat, licenciada en Biología, técnico superior en PRL con la acreditación EurOSHM y representante de AEPSAL en ENSHPO
En la actualidad se estima que en España existen unas 150.000 personas que poseen el titulo de Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales, una cifra que realmente no se puede asegurar, ya que no existe ningún registro oficial de las personas que poseen dicha formación, sería un trabajo mucho menos costoso calcular aquellas que ejercen la profesión.
El acceso fácil a la titulación oficial, cuya limitación real es el coste de la misma, hace que la realización del Máster de Prevención de Riesgos Laborales, sea el medio que muchos profesionales, como por ejemplo, los opositores para la función pública lo utilicen como “puente” para conseguir la tan ansiada obtención de puntos en el baremo de méritos, opción para nada criticable ni juzgable, ya que, como en tantas otras cosas el mercado es el que manda.
Esta situación, realmente no plantearía ninguna problemática, si la profesión de prevencionistas estuviera reconocida con un cierto estatus, pero la facilidad de acceso al título y su consecución no hacen sino defenestrar una profesión que si se aprecia con detenimiento, es la que difunde, vela y promueve que todos los trabajadores hagan de su trabajo un aspecto positivo de su vida y que por el contrario no sea una situación de riesgo constante.
Ante esto, y las dificultades normativas que los…
Puedes leer el artículo completo en nuestra revista Prevencionistas 22, página 15 (en pdf a doble página, 50 págs. 3,0 Mb)