Lectura para días festivos: Libro de la UGT sobre los 20 años de la Ley de PRL

El libro de UGT analiza desde una perspectiva multidisciplinar los aspectos técnicos, jurídicos e institucionales de los 20 años de la Ley de PRL.

ugt 20 años prlNo hemos podido leerlo todo, por eso recomendamos la lectura de la entrada publicada en la web de prevencionintegral.com, muy interesante a modo de introducción.
De lo que hemos leído destacaremos una parte del primer capítulo del primer apartado, dedicado a los accidentes de trabajo (págs. 33-115), del que queremos destacar algunos aspectos poco conocidos, que quizá tienen poco que ver con la PRL, pero no por ello menos interesantes y que sin duda nos ayudan a comprender lo ocurrido en estos 20 años.
En el gráfico siguiente podemos observar la tasa de incidencia de los AL, en la que únicamente aparecen 4 cambios de tendencia, dos al alza y dos a la baja.

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Fuente: MEYSS, INE y elaboración de AEPSAL

Sobre el incremento de los años 1993 a 2000, el estudio indica una posible causa complementaria a la que se considera principal: el crecimiento económico de estos años.
“…el Real Decreto 5/1992 de 21 de julio, introdujo la obligación del empresario de hacerse cargo del pago del subsidio de incapacidad temporal por enfermedad común o accidente no laboral entre los días cuarto y decimoquinto de baja, un pago del que anteriormente se hacía cargo la Seguridad Social.

Como es bien sabido, en caso de accidente de trabajo o enfermedad profesional la mutua se hace cargo del pago del subsidio de incapacidad temporal desde el primer día de baja, por lo que es obvio que al empresario le resulta económicamente beneficioso declarar como accidentes de trabajo lesiones originadas fuera del trabajo. Lo cual, por otra parte, es también beneficioso para el trabajador, que en el caso de accidente de trabajo o enfermedad profesional percibe un subsidio superior al que recibe si se trata de una enfermedad común o accidente no laboral.
Parece que la práctica de declarar como accidentes de trabajo al menos parte de los ocurridos fuera del trabajo se convirtió en esta época en algo relativamente habitual, pues la Asociación de Mutuas de Accidentes de Trabajo, en un informe publicado en el año 2001, decía que: “puede señalarse que existen dos factores en el marco normativo que llevan al empresario a declarar accidentes de trabajo que no existen: uno utilizado para favorecer al trabajador por el mejor tratamiento prestacional señalado, si la contingencia se declara como profesional y otro para hacerse un favor a ellos mismos debido a que en el caso del accidente de trabajo los 15 primeros días los paga la Entidad gestora o Mutua de Accidentes, a diferencia de lo que ocurre en contingencias comunes, en el que el pago recae sobre el empresario”
En el periodo 2000-2007, se ha considerado como la causa principal del descenso de los accidentes en esta época de crecimiento económico, la creación de los “Planes de Actuación Preferente en empresas con mayor siniestralidad”, también llamados de forma más corta “Planes de Acción Preferente” (PAP), de los que el estudio nos explica su interesante origen, que tuvo lugar en Aragón.
Pues bien, como contribución a la reducción de la accidentabilidad este periodo también se cita otra posible y lógica causa, relacionada con las conclusiones de un estudio del Centro de Investigación en Salud Laboral (CISAL) de la Universidad Pompeu Fabra.
En la publicación de los resultados los investigadores … concluyeron que “Estos resultados no permiten atribuir a los PAP el descenso generalizado en la incidencia de las lesiones por accidente de trabajo no mortales a partir del 2000 en España. Posiblemente, otras acciones de carácter general, que habrían afectado a todas las CCAA por igual (incluyendo a aquéllas que no han desarrollado sus propios PAP), explicarían este descenso en la incidencia de las lesiones por accidente de trabajo seleccionadas en el presente análisis”.
Científicamente, pues, parece que los PAP no fueron tan efectivos como parecía a primera vista, y que el descenso de siniestralidad en el período 2000-2007 se debería a otros factores, entre los cuales podría encontrarse una acción decidida de la Inspección de Trabajo para erradicar el fenómeno de la sobredeclaración al que antes hemos aludido.”
Finalmente, también se citan dos causas complementarias al elevado descenso de la accidentabilidad registrada en el periodo 2008-2012, auque: “No parece haber … muchas dudas de que la crisis económica ha sido el principal motor del acusado descenso de la siniestralidad registrado en ese período”.
Las dos causas complementarias tienen relación con el trasvase de accidentes con baja a accidentes sin baja, y en el hecho de que a los accidentes sin baja en estos años sólo se les ha mencionado en un apartado medio oculto de las estadísticas, cuando se les ha mencionado.
A partir de 2006 se inicia un sorprendente cambio de tendencia y mientras los accidentes con baja descienden en picado, los accidentes sin baja comienzan a aumentar, hasta coincidir ambas cifras en el año 2008 y, a partir de él, el número de los accidentes sin baja ha sido muy superior a los con baja.
Las causas de este obvio trasvase de accidentes con baja a accidentes sin baja pueden ser dos, y probablemente ambas han ejercido un papel en el fenómeno. Por un lado, las mutuas podrían haber endurecido sus criterios para conceder la baja, de modo que para lesiones para las que antes prescribían la baja, a partir de 2006 no lo hacían. Por otro, los propios trabajadores podrían, en el caso de lesiones menores, pedir que no se les diera la baja ante el temor de que ello pudiera redundar en algún perjuicio para su situación laboral.”
Enlace al libro de UGT sobre los 20 años de la Ley de PRL (Descarga directa de la web de la UGT. 772 págs.)
 

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