La empatía favorece a sanitarios y pacientes de atención primaria. También la gestión de la PRL

Los sanitarios más empáticos tienen un contingente mayor de pacientes, pero visitan menos, entre otras conclusiones de la tesis doctoral de un investigador del Instituto de Investigación en Atención primaria (IDIAP) Jordi Gol.

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Una tesis doctoral de un investigador del Instituto de Investigación en Atención primaria (Idiap) Jordi Gol, vinculado al Instituto Catalán de la Salud, ha analizado el nivel de empatía y el síndrome de agotamiento profesional (burnout) en profesionales del primer nivel de Lérida y cómo esos factores influyen en la calidad asistencial y la prescripción farmacéutica. Entre sus conclusiones destaca que los profesionales sanitarios más empáticos tienen contingentes más grandes de pacientes, en los que hay más mujeres. Por colectivos profesional, los médicos más empáticos tienen pacientes más jóvenes, mientras que el personal de enfermería más empático tiene pacientes de edad más avanzada.
Otras evidencias del trabajo: hay más profesionales con una empatía alta en los centros de salud urbanos que en los rurales; los profesionales sanitarios más empáticos prescriben un mayor número de bajas laborales, y los que tienen un nivel más bajo de burnout realizan más mediciones y controles a sus pacientes.
De los 267 profesionales analizados, un 35,05 por ciento presentaba un nivel alto de empatía, un 31,83 por ciento un nivel medio y un 33,12 por ciento, bajo. Igualmente, la mayor parte de los profesionales mostró un nivel bajo de agotamiento profesional; de hecho, un 58,2 por ciento tiene un nivel bajo, un 38,26 por ciento medio y un 3,54 por ciento, alto.
La hipótesis de trabajo, destaca el Idiap en una nota de prensa que ha hecho pública hoy, iba más allá de describir los niveles de empatía y de agotamiento profesional del personal sanitario. Analiza también si estos niveles están de alguna manera vinculados con el puesto de trabajo y la categoría profesional, y cómo afectan a los pacientes.
En primer lugar, lo que se ha podido comprobar es que una empatía alta se relaciona con un agotamiento profesional bajo. No se encontraron diferencias entre hombres y mujeres en cuanto a los niveles de empatía y agotamiento profesional. En todo caso, sí se han encontrado por profesiones y por puesto de trabajo. Según Oriol Yuguero, investigador del Idiap, «la hipótesis inicial de trabajo se ha demostrado cierta, ya que los niveles de empatía y agotamiento que los profesionales sanitarios presentan diferentes grados dependiendo del lugar de trabajo y la categoría profesional».
Así, se ha comprobado que los pediatras tienen más empatía y un agotamiento profesional más bajo que el resto, y que el agotamiento profesional es más elevado entre los profesionales de medicina que entre los de enfermería. Igualmente, se ha comprobado que los profesionales con más empatía suelen ser más jóvenes, trabajan en centros urbanos y presentan un riesgo más bajo de agotamiento profesional. Para el doctor Yuguero, esto se podría explicar porque «los profesionales que trabajan en centros urbanos tienen más posibilidades de realizar docencia con estudiantes y residentes, lo que supone un estímulo para su actividad diaria y realización profesional».
También se ha visto que justamente los profesionales más empáticos y con un agotamiento profesional menor tienen un contingente mayor de pacientes, pero visitan menos. Esto, seguramente, según el doctor Yuguero, se explica porque «el médico empático y que no está quemado soluciona los problemas rápidamente, escucha las demandas de sus pacientes y, por tanto, no necesita múltiples visitas para solucionar cada problema de salud».
Estos mismos profesionales (los más empáticos y con un agotamiento profesional bajo) son los que presentan un mejor control de la hipertensión arterial en sus pacientes, si bien no hay diferencias significativas en los controles de la diabetes y dislipemia, que son iguales a los médicos y médicas más o menos empáticos y con más o menos agotamiento profesional. También son los que prescriben fármacos de forma más adecuada y un mayor número de bajas laborales.
El estudio se realizó en las 23 áreas básicas de salud de la Región Sanitaria de Lérida y participaron 267 profesionales de los cuales, 47 eran pediatras, 112 profesionales de enfermería y 108 médicos de atención primaria. A todos ellos se les administraron dos encuestas, una para clasificar los niveles de empatía y otra para valorar el síndrome de agotamiento profesional.
Para la clasificación de los niveles de empatía se utilizó la Escala de empatía de Jefferson, diseñada por la Universidad de Jefferson, que utiliza 20 preguntas que puntúan sobre 7 puntos, cada una de ellas. En el caso del agotamiento profesional se utilizó la Escala de Maslach, que tiene 22 preguntas que puntúan de 0 a 6, cada una. Esta escala mide los tres aspectos del síndrome del agotamiento profesional: cansancio emocional, despersonalización y realización personal.
Se estudiaron los niveles de empatía y agotamiento profesional, pero también su relación respecto a variables clínicas (como el control de la hipertensión arterial, la diabetes, y la dislipemia) y de calidad asistenciales (como la prescripción farmacéutica, y la baja laboral).
Enlace a la web del Instituto de Investigación en Atención primaria (IDIAP) Jordi Gol
Fuente: Diario Médico Joven

Sobre la mejora de la calidad de atención a los pacientes debido a la gestión de la PRL, publicamos en su día un estudio de la Agencia Europea para la SST. Lo puedes consultar en este enlace.

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