El responsable de un equipo de servicios de seguridad fue despedido por consentir y no comunicar a la empresa el acoso laboral y sexual de un empleado a sus compañeras. El acosador también fue despedido.
El responsable de un equipo de servicios de seguridad, fue despedido por consentir y no denunciar el maltrato de un empleado a sus compañeras. El acosador también fue despedido.
“La empresa basa el despido del actor en la transgresión de la buena fe contractual así como el abuso de confianza en el desempeño del trabajo. Se concreta en la actitud pasiva que como responsable de equipo ha mantenido desde hace tiempo pese a tener conocimiento directo de que tres trabajadoras estaban sufriendo una situación de acoso laboral y sexual.”
En las cinco primeras páginas de la sentencia se reproduce la carta de despido, dentro del hecho probado tercero de la sentencia de instancia. Constan en ella tantas situaciones de acoso por parte de un empleado a sus compañeras que no tuvo dificultades el Tribunal para concluir que:
“… debe llegarse a la conclusión de que la falta imputada revestía la gravedad suficiente para generar la máxima sanción de despido disciplinario.”
Sirva de ejemplo esta sentencia no demasiado habitual a los mandos intermedios de cualquier empresa u organización, de las consecuencias de “mirar hacia otro lado” frente al acoso laboral y sexual.
Enlace a la sentencia del 20 de septiembre de 2016 del Tribunal Superior de Justicia de Euskadi (13 págs. 0,2 Mb)