Castigar para mejorar

Artículo de Ismael Sánchez-Herrera, Técnico PRL en SPA, Gerente de INTEGRÓ Estrategia Empresarial y Presidente de AEPSAL.

Castigar para mejorar
Sed moderados en el castigo; que la pena esté siempre por debajo del delito.”
Isocrates (Atenas, 436 a. C. – ibíd. 338 a. C.)
La creencia popular de que la psicología es sentido común indica en parte el menosprecio que ha sufrido esta ciencia. Cierto que en ocasiones si coincide, pero existen tantas en que no, este es uno de los casos.
En el presente artículo te mostrare una técnica con bases psicológicas para usar el castigo como herramienta de mejora. No se buscan reflexiones sociales sobre el castigo, solo se plasma como elemento de ayuda ante una falta en el trabajo o en casa con tus hijos.
Debemos de saber que el castigo es una herramienta “solo eficaz para «evitar conductas», no para suscitarlas” (Marina, J.A.), este aspecto debe estar claro desde el principio.
El estudio de la motivación o el comportamiento ha vivido distintas corrientes psicológicas, la conductual (Pavlov,
Skinner) basadas en premios y castigos, las cognitivas (Tolman, Lewin, Heider, etc.) y las emocionales cuyo gran difusor es D. Goleman.
Una de las teorías psicológicas que más relevancia está alcanzando en nuestros días es la desarrollada por Leon
Festinger, denominada la Teoría de la disonancia cognitiva. Esta teoría podemos advertir que se cumple a diario en multitud de ejemplos, puede aparecer cuando realizamos un alegato, mentimos, o nos autojustificamos. Pero vayamos paso a paso.
 
Puedes leer el artículo completo en el número 28 de nuestra revista Prevencionistas.
 

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