El índice de incidencia de los accidentes laborales junio 2017 con baja aumenta un 1,5% respecto junio 2016. Los mortales bajan un 4,1%, pero existen matices
La noticia del descenso de los accidentes mortales (AL-m) es buena, pero hay indicadores que hacen dudar de que se mantenga en el segundo semestre del año. En concreto dos.
El primero.
En los 6 primeros meses de 2017 se ha registrado 1 AL-m menos que en el primer semestre de 2016 (-0,3%), que se desglosan en 19 AL-m en jornada más (de 226 a 245) y 20 menos in itínere (de 75 a 55).
Pero al aumentar la población ocupada, el índice de incidencia, que indica los AL por cada 100.00 trabajadores, ha descendido un 4,1% en el mismo periodo. Un porcentaje importante, sin duda.
También debemos tener en cuenta que los accidentes mortales in itínere (la mayoría de tráfico) aumentaron un 18,8% en 2016, de 114 a 133. La disminución actual de estos accidentes puede significar volver a niveles de 2012 a 2015 (112 de media anual). Sin embargo, los accidentes in itínere no son responsabilidad de las empresas y pocas empresas adoptan medidas para evitarlos, por lo que no es plausible que desciendan más.
Además, hay que tener en cuenta que el total de accidentes in itínere en este periodo aumenta un 4,7%, sólo disminuye su gravedad.
En sentido contrario, se han registrado 19 muertes más durante la jornada laboral, en riesgos que se deberían haber evaluado y corregido, lo que indica que no se ha gestionado bien la PRL y, en consecuencia, este aumento podría repetirse en el segundo semestre de 2017.
El segundo.
Los AL-m, que han evolucionado de forma constante al alza de 2012 a 2016, registran en junio de 2017 la mencionada disminución de su índice de incidencia del 4,1% respecto el mismo mes de 2016, y una disminución mucho mayor, del 11,2%, respecto el segundo semestre de 2016. Un porcentaje del que nos deberíamos alegrar.
Pero también debemos tener en cuenta que desde 2014 los accidentes graves (AL-g) han registrado cifras más elevadas en los segundos semestres que en los primeros. Y, en cambio, en el primer semestre de 2017 aumentan sobre el segundo de 2016.
Ello puede indicar un trasvase de accidentes mortales a accidentes graves, lo que a pesar de ser positivo no podría calificarse de buena noticia desde el punto de vista una una buena gestión de la prevención.
Así, la suma de los AL-m y los AL-g en este primer semestre de 2017 desciende sólo un 0,8% respecto al semestre anterior, lo que es considerablemente inferior al descenso de AL-m y AL-g registrado en los primeros semestres del periodo estudiado, el 4,2% en 2015 y el 4,8% en 2016.
En la siguiente gráfica se muestran los índices de incidencia de los accidentes graves y mortales desde el segundo semestre de 2014.
Por todo ello debemos considerar con precaución el descenso de los AL-m en el primer semestre de 2017. Más aún cuando el total de accidentes sigue ascendiendo, como observamos en el siguiente gráfico.
Este gráfico nos indica que, a pesar del importante aumento de la población afiliada a la Seguridad Social en este periodo, cada semestre se registran más accidentes por cada 100.000 trabajadores que en el semestre anterior.
En concreto, en el primer semestre de 2017 aumenta más del doble que en el semestre anterior, un 1,1% frente a un 0,4%, aunque menos que en los dos anteriores.
En la siguiente tabla puedes consultar los datos de los accidentes laborales por semestres citados en este artículo.
Puedes consultar los datos mencionados de los accidentes laborales de 2012 a 2016 en nuestra revista Prevencionistas nº 25, página 35, (en pdf a doble página, 54 págs. 4,0 Mb)
El próximo martes 29 analizaremos la evolución de los accidentes laborales del primer semestre de 2017 respecto 2016, totales y mortales, por sus causas y por sectores.
Estudio realizado por Josep Orrit Virós, EurOSHM de ENSHPO, TPRL en SPP, perito judicial y Presidente de AEPSAL