Si te gusta correr en moto, te gustará este artículo

Se titula «Mis primeras tandas en un circuito» y además de ser una vivencia personal, enseña cómo y dónde disfrutar corriendo a tope y sin necesidad de cometer «imprudencias temerarias».

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Hoy os contaré mi experiencia tras estrenarme en unas tandas abiertas en circuito. No pocos hemos visto el asunto del circuito como algo para profesionales, para jóvenes que tratan de labrarse un futuro deportivo o para pilotos de alto nivel. Un espacio reservado a moteros con recursos o con habilidades especiales. Pero nada más lejos de la realidad.
El gran número de instalaciones que han ido apareciendo a lo largo y ancho de nuestra piel de toro está permitiendo acercar esta actividad a mucha más gente. Para muestra un botón: el día que me estrené, el precio por rodar en el circuito de Castellolí desde las 10 a las 13 horas en tres tandas de 25 minutos fue de 49 euros -más 20 euros del seguro si no estabas federado-. Más que razonable.
Una actividad que, además de procuraros unos momentos inolvidables por lo divertido y excitante, os permitirá adquirir no pocos conocimientos relacionados con la técnica en la conducción, sea cual sea vuestro nivel.
Aunque lo más importante es que todo acontece con seguridad. Aquí hay escapatorias, el pavimento está en buen estado, hay controles en las curvas, servicios médicos, no hay guarda railes y nadie circula en sentido contrario. En un circuito te podrás equivocar. En carretera no hay margen de error.
Además de ser divertido, instructivo y seguro, acabarás conociendo las dimensiones de la velocidad, lo que supone ir realmente rápido. Y eso sólo puedes comprobarlo en tus propias carnes, por contraste con los demás. Y es cuando te das cuenta del sinsentido de asumir riesgos elevadísimos en carretera sin apenas beneficios. Justo lo contrario del circuito.
Esto es sólo el principio. Puedes leer el artículo completo en motos.net.
 

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