Claves del formador en PRL

Si uno reflexiona en la diferencia entre las clases que disfruta ahora y las que disfrutaba de niña/o o joven, seguro que advierte que son distintas.
El cerebro cambia con la edad y también su forma de aprender, por lo que si queremos que nuestras formaciones sean eficaces, primero debemos recordar que delante tenemos a adultos, por lo que habremos de considerar como funciona su cerebro y como le gusta aprender.


Para hacer más atractivo este articulo permíteme, que para explicarme, use frases famosas de uno de los mejores profesores de la historia, Aristóteles:

  • El hombre nada puede aprender sino en virtud de lo que ya sabe”.

Los adultos necesitan dar sus opiniones y participar de forma activa, por lo que es muy importante que el conocimiento se base en sus experiencias, será más fácil para todos si la clase es participativa.

  • “La inteligencia consiste no sólo en el conocimiento, sino también en la destreza de aplicar los conocimientos en la práctica”.

Al cerebro adulto solo le gusta aquellas que cosas que puede aplicar, por otro lado, mostrara interés si considera que aquello que esta aprendiendo le es de valía, por ello, es importante analizar el contenido de la formación y solo señalar lo importante y aplicable. Necesitamos explicar la praxis y como superar las dificultades de las mismas, es decir, como poder llevar a la práctica todo lo que en el aula se dice.

  • “Saber es acordarse”.

Es importante que siempre sigas unas pautas en clase:

    • Indicar el contenido de la clase y el objetivo que se busca: el cerebro adulto requiere saber de que se va a hablar desde el principio, para situarse en su experiencia.
    • Imparte los conocimientos uno a uno e interrelacionándolos. Es más fácil entender una historia que tenga sentido y que una idea de continuidad a la siguiente.
    • Recuerda que el cerebro se desconcentra, por lo que obligatoriamente cada 45- 50 minutos realiza un descanso.
    • Siempre que comiences una sesión resumen toda la anterior para situar la siguiente sesión.
    • Al final de la clase déjate un tiempo para volver a recordar todo lo visto de forma esquemática.
  • “Las enseñanzas orales deben acomodarse a los hábitos de los oyentes”.

Dependiendo de la profesión, estamos más acostumbrados o menos a exigencias cerebrales y posturales, considera a tus alumnos para realizar descansos, comidas, etc. Si tu trabajador realiza su jornada laboral de pie, le va a costar estar sentado toda la sesión, por ello, en los descansos incita que se levanten de la silla, busca ejercicios para hacer de píe. Aplica actividades físicas si explicas ergonomía.

  • “Los que saben, hacen. Los que entienden, enseñan”.

Recuerda, los profesionales son los que saben cómo realizar el trabajo, pero debemos hacerles ver el trasfondo de todo ello, no pueden exponer su salud para desarrollar la tarea, por lo que debemos hacer ver sus conocimientos, ser humildes en las explicaciones, pero dejar claro el propósito, la aplicación de medidas preventivas para la mejora de la salud.

  • “Lo que con mucho trabajo se adquiere, más se ama”.

Las clases sin valor no son de interés para el adulto, por lo que la pertinencia es un valor esencial, si quieres que verdaderamente se integren los conocimientos deberás buscar herramientas que ayuden a tu formación, busca apoyarte en el grupo. Este aspecto es esencial, por eso lo ampliaremos en otra entrada.

  • “El ignorante afirma, el sabio duda y reflexiona”.

Estas son unas pautas, deberás acomodarte a tus alumnos, a sus necesidades y motivaciones, por lo que duda y reflexiona sobre como estas realizando tus clases; antes ¿qué quiero conseguir?, durante ¿qué estamos consiguiendo?, y finalmente ¿he conseguido mi objetivo?, ¿qué podría mejorar?
La información ha sido recogida de diversas publicaciones referidas a las técnicas de aprendizajes del adulto.
Redactado por Ismael Sánchez-Herrera
 
 
 

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