Seguridad Vial Laboral. Análisis de la situación actual en los accidentes In-Itinere

Francisco Nebot Edo
Francisco_NebotUna de las principales fuentes de riesgo de las empresas, que no es del todo suficientemente valorada por las mismas, es la que tiene lugar durante los desplazamientos desde casa al trabajo y viceversa, es decir, lo que se denomina accidentes in-itinere.
Deberíamos fijarnos en las últimas estadísticas que se tienen del año 2010: los datos son del todo preocupantes ya que el 70% de los accidentes laborales de tráfico se producen in-itinere, lo que traducido en cifras supone 165 muertos. Para ser conscientes de los datos negativos, se han reflejado las cifras en la tabla adjunta, mostrando los accidentes desglosados según el lugar donde aconteció, para el año estudiado. Imatge_article_NebotAnalizando estos valores, no se comprende porque en la sociedad actual pueden darse estos datos de accidentabilidad. Se realizan campañas de concienciación ciudadana por parte de la DGT en los medios de comunicación (prensa, televisión, etc.), los vehículos para la movilidad son más sofisticados en cuanto sistemas de seguridad (pasivos y activos), existen mayores controles de carretera, y el carnet por puntos debería hacer bajar la accidentabilidad hasta unos límites muchos más reducidos.
Hacer una reflexión del porque de esta alta tasa de accidentes, tiene mucho que ver con la actual coyuntura que está atravesando el país, ya que la grave crisis económica también influye en este sentido. Los recortes que han afectado el mantenimiento de carreteras, el abandono de proyectos de creaciones de mejores infraestructuras o el aumento temporal del límite de velocidad en autovías son algunas de las mociones más llamativas de las que están aprobándose por parte de los entes públicos. Por otro lado, la crisis afecta al mantenimiento de los vehículos por parte de los usuarios, se retrasan las revisiones preventivas periódicas, el parque automovilístico envejece al no renovarse, etc. Factores todos ellos negativos y que influyen de manera significativa en la siniestralidad en carretera.
Además de los elementos mencionados anteriormente, también el uso de diferentes dispositivos electrónicos (como por ejemplo los navegadores y los detectores de radar), actualmente más asequibles por su bajada de precio, es cada vez más generalizado entre los conductores, y no podemos olvidar que son muchas veces distractores para estos.
No son pocas las medidas que se deben adoptar para bajar la accidentabilidad en los desplazamientos in-itinere. Las propuestas que se citan a continuación abarcan desde las que involucran a la empresa, a los propios empleados, y por último, no podemos olvidar a los organismos públicos. A modo de resumen citaré las siguientes:
Medidas de Gestión. Realizar por parte de las empresas Planes de Movilidad y Seguridad Vial. Con ello se conseguirán beneficios económicos, sociales (conciliación vida social y familiar), aprovechamiento del tiempo o la mejora de la salud de los trabajadores, por citar algunos de los elementos en los que se puede intervenir. Dichos planes incluirán formación trabajadores, entrevistas y encuestas, análisis de medios de transporte públicos, tablones de movilidad, etc.
Medidas a tomar por parte del trabajador:
De carácter técnico:
Realizar un mantenimiento preventivo del vehículo de acuerdo. Dicho mantenimiento no sólo incluye las obligatorias ITV, sino también las periódicas: seguridad pasiva y activa, mecánica, etc.
Buenos hábitos al volante:

  • No ingerir bebidas alcohólicas antes de la conducción.
  • No fumar mientras se conduce, pues puede causar una distracción (se nos puede caer, quemar, …)
  • Ante la necesidad de tomar medicación, comprobar que dichos fármacos no producen algún tipo de somnolencia.
  • No conducir tras una comida copiosa sin haber descansado lo suficiente. Si se ha de llevar el automóvil tras la comida, que ésta sea ligera.
  • Tomar bebidas estimulantes antes de la conducción que contengan cafeína, si se ha de conducir por la noche o después de una comida.
  • No comer o beber al volante, puesto que puede hacernos perder la visión de la carretera al acaparar algunos segundos de nuestra atención.
  • No apartar la visión de la carretera, leyendo mapas u cualquier otro tipo de documento.
  • No hablar por el móvil al volante. Si se habla por el manos libres deberá ser en conversaciones cortas.
  • No programar aparatos electrónicos tales como un navegador. Se deberá seleccionar el destino en el navegador antes de ponernos en marcha.
  • Si vamos con más gente, evitar que se produzcan conductas distractoras de los pasajeros que puedan hacernos perder la visión de la carretera.

Otros:

  • En los trayectos rutinarios: No bajar la guardia pues las circunstancias pueden cambiar dependiendo de la hora, las condiciones meteorológicas, accidentes, retenciones, etc.
  • Evitar las prisas. Posiblemente la mayor velocidad por llegar a tiempo, los horarios rígidos, la productividad ligada al fichaje en una hora exacta… generen una situación de estrés y con ello un mayor riesgo de sufrir un accidente en carretera.
  • Si existe una Tablón de Movilidad en la empresa, contemplar algunas de las opciones que estos nos pueden ofrecer. El trabajador estudiará la conveniencia en el uso del transporte público próximo al centro de trabajo o la existencia de autobuses de la propia empresa.

Por parte de los organismos públicos:

  • Realizar un correcto mantenimiento del estado de las vías, evitando que su deterioro pueda causar daños. Se revisará el estado de la vía, señalización, etc.
  • Aumento de los controles tanto de los fijos como de los móviles para disuadir a los posibles infractores del incumplimiento de las normas de circulación.
  • Reducción de las cotizaciones de la Seguridad Social a las empresas que pongan en marcha el Plan de Movilidad.

A modo de conclusión, debemos de ser conscientes del grave problema al cual nos enfrentamos con los accidentes viales laborales, muchas veces relegados en un segundo plano por parte de las empresas. La seguridad en el centro de trabajo, se podría considerar como un elemento, en cierta manera “acotado” y “estable” en el tiempo, pues tras la evaluación de riesgos y planificación de las medidas correctoras, quedarían los riesgos “controlados”. Tras esto, se nos plantea una cuestión, ¿qué ocurre cuando el empleado abandona las instalaciones del empleador, debemos olvidarnos entonces de la prevención? Rotundamente y tal como reflejan las estadísticas de la introducción, la respuesta es claramente negativa.
Sirvan estas líneas para intentar concienciarnos de manera global, empresa, trabajador y organismos públicos, de la dificultad a la cual nos enfrentamos. Debemos tener la certeza que la “seguridad en el trabajo comienza al salir de casa” y que esto ha de ser de esta manera, siempre y por encima de cualquier otra consideración.
Francisco Nebot Edo
Ingeniero Técnico Industrial por la Universidad Politécnica de Valencia y Técnico Superior en Prevención de Riesgos Laborales en las especialidades de Seguridad en el Trabajo, Higiene Industrial, Ergonomía y Psicosociología Aplicada. Dispongo de la formación de postgrado de Auditor del Sistema de Prevención de Riesgos Laborales por la Universidad Politécnica de Catalunya. Actualmente trabajo como Técnico en Prevención de Riesgos Laborales en un servicio de prevención ajeno.

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