Alicia Aradilla firmará hoy su libro «Las palabras que nos habitan» en las Ramblas de Barcelona, nº 15, junto a las Reials Drassanes – Museo Marítimo de Barcelona. Descuento del 10% para asociados
Las Naciones Unidas invitan a todos los estados miembros y sus organizaciones a realizar actividades educativas y divulgativas de la promoción de la Felicidad. AEPSAL participó con esta entrada.
La celebración invita a algunas reflexiones.
¿La Felicidad es un derecho? Que se conquista desde la individualidad o ¿Es un deber que las distintas organizaciones han de promocionar y construir para las personas que las forman?
En la mayoría de aspectos de la vida, incluida la Felicidad, es mejor añadir las inclusiones que representa añadir “y” entre opciones, que la exclusión que supone interponer una “o”.
La Felicidad debería ser abordada desde todas las esferas posibles, por tanto, también la esfera profesional. La trayectoria profesional personal, en la que el individuo tiene la soberanía plena hasta la esfera empresarial en las que el trabajador se desarrolla.
Desde la óptica de la prevención, la Felicidad se puede considerar un viejo concepto al que se le ponen nombres nuevos.
La prevención en el área psicosocial, lleva años desarrollando métodos de, análisis, medición, prevención y promoción de ambientes laborales saludables, a los que también podemos llamar felices, ahora que nos atrevemos.
Aunque al llamarlo entornos empresariales felices estamos introduciendo nueva miradas., por ejemplo, la doble dirección de la Felicidad en el trayecto empresa-trabajador.
En etapas económicas de más influencia Taylorista, el trabajador venía feliz de casa y esa felicidad debía transmitirla a la empresa, al menos no debía contaminar la empresa con sus tristeza.
Las empresas son sistemas complejos, con recursos y capacidades, capaces de convertirse en fuentes de felicidad, a través de programas específicos, para que el trabajador aprenda y desarrolle habilidades emocionales que le acerque a la felicidad, para traspasarlos a su vida privada.
La felicidad se ha observado como una vía de una sola dirección, el trabajador feliz deposita su felicidad en la empresa. En mi humilde opinión, la vía de la felicidad tiene dos sentidos, la empresa también puede ser una fuente de Felicidad, con su cultura corporativa, que el trabajador se lleva a su vida privada.
La economía puede reordenar el sistema social, así lo postulaba Karl Marx, así que las empresas de entornos felices, no sólo facturan más y mejor, sino que pueden co-crear sociedades más felices.
Esa oportunidad se convierte en una responsabilidad, que de nuevo, se asume desde diferentes dimensiones: la individual, la grupal y la social.
Los profesionales de la prevención ya lo saben, lo hacen desde hace tiempo. Esta percepción social que se está instaurando es un viento a favor a su labor.
Uno de los indicadores sociológicos es la aparición de profesionales especializados en este aspecto desde otras disciplinas.
La colaboración entre estos profesionales, el prevencionista psicosocial y las nuevas profesiones enfocadas exclusivamente en Felicidad corporativa es una oportunidad, no solo para crear empresas felices, sino para promover sociedades felices, con un nuevo orden económico centrado en las personas y su orientación heliotrópica a la Felicidad. Para un mundo lleno de humanos… más humanista y más humanizado.
Puedes clicar en la imagen para acceder a la web del libro Las palabras que nos habitan, de Alicia Aradilla, también autora de este artículo.