El Parlamento Europeo vota una limitada normativa contra el comercio de"'minerales de sangre"

Los importadores europeos de estaño, wolframio, tantalio y oro deberán comprobar que no provienen de zonas de guerra. Entre los «minerales de sangre» falta el coltán.

minerales de sangre
Mina de coltán, si clicas la verás más grande en otra pestaña. Fuente ONU

Después de muchas negociaciones, Bruselas aprobará un reglamento que pretende romper el vínculo entre el comercio de minerales y los conflictos armados. Publicamos el 22 de mayo de 2015 la noticia de la primera votación de este proyecto, que se calificó de sorpresa y sobre la que se pudieron oír opiniones en contra, algunas de las cuales constan en el artículo.
Proponían entonces que «Las empresas europeas deberán obtener un certificado que avale que los minerales no financian conflictos.» Pero se ha bajado el listón y se ha regulado que sean las autoridades nacionales las responsables de asegurar el cumplimiento de las reglas por parte de las empresas y de imponer sanciones en caso necesario.
 

La medida «va a ser muy importante para sentar las bases para una mayor prosperidad en las zonas de conflicto. Va a haber una mayor estabilidad en África y a la vez, esto va a reducir la inmigración a la UE«, ha afirmado Iuliu Winkler, eurodiputado del PPE y ponente de la norma en la Eurocámara.

Por su parte, la Comisaria de comercio, Cecilia Malmström ha destacado que «los ingresos de la exportación» de estos minerales «no irá a los grupos armados, sino a la construcción de escuelas y hospitales«.

La eurodiputada y portavoz de la comisión de Comercio Internacional en el Parlamento Europeo, Inmaculada Rodríguez-Piñero, ha calificado de un gran paso adelante a favor de los derechos humanos la nueva regulación sobre los minerales de sangre.
«Con el comercio ilegal de estos minerales se financian algunos de los conflictos armados más sangrientos, como ocurre en la República Democrática del Congo, donde más de 5 millones de personas han sido asesinadas desde 1998”, ha recordado la eurodiputada.
Para Rodríguez-Piñero, «este reglamento, que obliga a los importadores directos a garantizar que no proceden de minas controladas por grupos armados o de áreas afectadas por graves conflictos o violaciones de derechos humanos, es un claro ejemplo de cómo la política comercial europea puede actuar en defensa de los derechos humanos«.
En este sentido, Rodríguez-Piñero ha hecho un llamamiento a los consumidores para que exijan que los objetos que compran no están manchados de sangre, subrayando lo importante que es la concienciación social para ganar esta batalla y hacer frente a iniciativas como la de Trump, que ha anunciado que derogará la ley americana que lo regula desde 2010.
Críticas de las ONG: deja fuera el coltán

Este optimismo no es del todo compartido por las ONG. «Este es un primer paso importante, pero se queda a mitad de camino«, opina Nele Meyer, de Amnistía Internacional.

Los detractores critican que el reglamento deja varios flancos abiertos: obliga únicamente a los importadores de esos cuatro minerales –dejando fuera, por ejemplo, al coltán (utilizado en las baterías de los teléfonos inteligentes)–; no afecta a la importación de los productos manufacturados que contengan minerales de conflicto; exime a pequeños importadores como joyeros o dentistas y excluye la trazabilidad de productos complicados de controlar, como son los reciclados.

«La UE podría y debería haber ido más allá, (…) para demostrar que se toma en serio el hecho de que las empresas europeas obtienen los recursos de los que todos dependemos de forma responsable«, asegura la ONG Global Witness.

Enlace a la Resolución legislativa aprobada por el Parlamento Europeo (56 págs. 0,5 Kb) de la que reproducimos los primeros considerandos, en los que se describe de forma clara la gravedad que conllevan los minerales de sangre.

(1) En las zonas de conflicto o de alto riesgo, los recursos naturales minerales, a pesar de que entrañan un gran potencial para el desarrollo, pueden ser causa de disputas si los ingresos que producen alimentan el brote o la continuación de conflictos violentos, lo que socava los esfuerzos en pos del desarrollo, la buena gobernanza y el Estado de Derecho. En dichas zonas, romper el nexo entre los conflictos y la explotación ilegal de minerales es un elemento esencial para garantizar la paz, el desarrollo y la estabilidad.

(2) El reto que plantea el deseo de impedir la financiación de grupos armados y fuerzas de seguridad en zonas ricas en recursos ha sido asumido por gobiernos y organizaciones internacionales junto con agentes económicos y organizaciones de la sociedad civil, incluidas organizaciones de mujeres que han tomado la iniciativa para llamar la atención sobre las condiciones de explotación impuestas por esos grupos y fuerzas, así como sobre las violaciones y la violencia utilizadas para controlar a las poblaciones locales.

(3) Las violaciones de los derechos humanos son habituales en zonas de conflicto o de alto riesgo ricas en recursos y pueden consistir en trabajo infantil, violencia sexual, desapariciones de personas, reasentamientos forzosos y destrucción de enclaves importantes desde el punto de vista cultural o ritual.

Otras fuentes:
minerales de sangreDeclaraciones de Iuliu Winkler, Cecilia Malmström, Nele Meyer y Global Witness en elDiario.es

minerales de sangreDeclaraciones de Inmaculada Rodríguez-Piñero en Socialistas españoles en el Parlamento Europeo

 

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