Descendieron de 1990 a 2012. ¿Por qué se rompe la buena tendencia? El tema es muy grave, aunque no llegue a las exageradas noticias de enero (Aumento del 89%).
En primer lugar debemos hablar del daño que puede hacer en el estudio de los accidentes laborales mortales (AL-m) la publicación en varios medios de que en enero de 2016 aumentaron un 89% respecto 2015, aunque en realidad esa elevada cifra sea cierta. Pero no se pueden ni se deben sacar conclusiones de la comparación de un solo mes.
En el siguiente gráfico podemos ver que el mes de enero de 2015 fue el mes con menos AL-m de todo el año, mientras que enero de 2016 registró un número de AL-m ligeramente superior a la media de 2015. Estos datosNO deberían llevar a la conclusión de que en enero de 2016 los AL-m aumentaron un 89%.
Las líneas verdes indican la media mensual de accidentes en los dos años. Se observa que la del primer trimestre (1T)de 2016 es inferior a la de 2015, aun habiendo registrado un 12,2% más de fallecimientos que el 1T de 2015. Es un mal comienzo de año aunque el 1T de 2016 no llegue a la media mensual de 2015.
En segundo lugar, como nota metodológica debemos comentar que no computamos los fallecidos en el accidente aéreo del 24 de marzo de 2015 en los Alpes franceses, como tampoco los hemos computado en los análisis de los AL que hemos realizando desde entonces. Las estadísticas de la evolución de los accidentes laborales deben ser una herramienta para conseguir un fin, no un fin en sí mismo. Por ello interesa saber en cuál o cuáles de las variables que incluyen se deben dedicar más esfuerzos para conseguir reducir los accidentes laborales. Y es evidente que el accidente de Germanwings no entra en ninguna de las variables a considerar.
De esos 31 AL-m de este accidente, 13 los contabilizó el MEYSS en el mes de marzo de 2015, éstos son los que descontamos en los datos de este artículo.
Aclarados estos puntos, y centrado el tema en el muy importante aumento del 12,2% de los AL-m del 1T de 2016 sobre el 1T de 2015, queremos empezar reflexionando sobre la efectividad en España de la anterior campaña bianual de la Agencia Europea de la SST, “Gestionar el estrés en el trabajo”, y su actual campaña bianual, “Trabajos saludables en cada edad”, de las que AEPSAL ha sido patrocinador oficial a través de ESNHPO.
Y si queremos reflexionar sobre este punto es porque el 40,5% de los accidentes mortales del 1T de 2016 ha sido causado por infartos y derrames cerebrales. Además de ser un porcentaje muy elevado, esta causa de AL-m aumenta un 14,3% respecto el 1T de 2015 (sumando en jornada e in itínere).
Entre el resto de accidentes laborales mortales destacan los accidentes de tráfico, que registran casi el doble de AL in itínere (29) que en jornada (16). En conjunto suponen el mayor aumento de AL-m en este periodo: más de la mitad del aumento de fallecidos (8 sobre 15) y un total del 32,6%, casi un tercio, de los fallecidos el 1T de 2016.
Si a los accidentes de tráfico mortales les sumamos los fallecidos por causas naturales (infarto, ictus) estas dos causas recogen al 73,2% de todos los AL-m. Es decir, 3 de cada 4 accidentes mortales se deben a accidentes de tráfico o a causas naturales.
Recordad que estamos hablando de accidentes reconocidos por la mutua colaborada de la SS como laborales, por ello los 103 ocurridos durante la jornada laboral son responsabilidad del empresario, que en caso de incumplimiento de alguna medida de seguridad y salud deberá hacer frente a las demandas de la familia de los fallecidos.
Entre las causas de los accidentes que podemos llamar “convencionales”, las que registran más fallecidos son “Quedar atrapado, ser aplastado, sufrir amputación”, que desciende un 11,8% en este periodo, y las 10 caídas y 1 tropezón mortal ocurridos el 1T de 2015, que al computar cifras bajas (aumenta de 9 a 11) su aumento porcentual es muy elevado (22,2%).
No debemos olvidar que los datos importantes corresponden al índice de incidencia, cuyo aumento disminuye ligeramente los datos anteriores por efecto del aumento de la población ocupada. Así, el aumento de la accidentabilidad en este periodo es del 8,9%.
Los índices de incidencia constan en la tabla siguiente.
En esta tabla hemos añadido los índices de incidencia de 2015 para poder comprobar si en el 1T de 2016 se superan o no los índices del año pasado.
A diferencia del total de accidentes en este periodo, en los mortales observamos que los AL-m en jornada no superan los índices de 2015, en cambio si los superan en todas sus causas los accidentes in itínere.
Este aumento de la mortalidad en los accidentes in itínere debería hacer reflexionar a las empresas en la importancia de estos accidentes. Aunque sea cierto que no existe responsabilidad laboral, civil o penal de las empresas en los accidentes in itínere, su responsabilidad moral respecto de sus trabajadores/as debería hacerles adoptar medidas para la reducción de este tipo de accidentes. (Así como también los gastos asociados a la rotación de personal)
Por sexos
No podemos analizar la evolución de los AL-m en jornada por sexos ya que desconocemos el sexo de las 13 fallecimientos a consecuencia del accidente aéreo ocurrido el 24 de marzo de 2015 en los Alpes franceses que se computaron en las estadísticas ese mes de marzo (Los otros 18 se computaron más tarde)
En los AL-m ocurridos in itínere las mujeres no aumentan los 6 fallecimientos del 1T de 2015 mientras que los hombres pasan de 20 a 29 fallecimientos, un 45,0% más. Aunque en años anteriores los fallecimientos entre los hombres siempre han sido superiores, ningún año se había registrado una diferencia tan grande en los AL-m: en el 1T de 2015 el 82,2% de los fallecidos in itínere son hombres.
Infartos, ictus y otras causas naturales
Finalmente, creemos que merece una mención especial destacar a este tipo de accidentes, que ascienden al 40,6% de los AL-m. Cerca de la mitad.
Si al analizar el total de accidentes mencionamos que un 40,1% del total de accidentes en jornada se sitúan los sobreesfuerzos físicos sobre el sistema musculoesquelético, lo que nos debe dar la idea de que a los/las trabajadores se les exige más de lo que pueden dar, en los accidentes mortales nos encontramos un porcentaje similar de muertes en las que, sin duda, también debe tener alguna relación el exceso de exigencias de la empresa a los trabajadores.
¿Quién debe tomar medidas? ¿Las empresas voluntariamente? ¿O las Administraciones públicas? Se trata de impedir que las 56 muertes ocurridas en estos en 3 meses se repitan.
Las estadísticas no deben sevir para estudios empíricos, sino para saber dónde se debe actuar. Este primer trimestre de 2016 nos lo muestra de forma bastante clara.
¿Alguien va a hacer algo?