Una forma fácil de reducir el estrés sin enfrentarse a él

Si te preocupa reducir el estrés en que vives, la propuesta de Steve Sisgold es fácil de hacer y efectiva.

reducir-el-estrésSteve Sisgold propone en su libro Whole Body Intelligence una nueva propuesta para reducir el estrés a través de 7 sencillos pasos, que se realizan entre cinco y siete minutos. Los resultados de la puesta en práctica de esta técnica demostraron que los participantes reducían sus niveles de estrés en un 55%. Estos son los pasos:
Desconectar
Como si desconectásemos un objeto electrónico, dejándolo sin su fuente de electricidad para poder funcionar hasta que lo volvamos a conectar. Este primer paso consiste en desconectarnos de todo aquello que nos genera distracciones y tensión.
Explica Sisgold que se trata de una forma de “aislarnos del mundo que nos rodea”. No es necesario hacerlo durante demasiado tiempo, solo un rato ya hace que “mejore nuestro ritmo cardiaco” frente a una situación de estrés, según los resultados de la investigación.
Cuando nos desconectamos del mundo exterior, las glándulas suprarrenales -cuya función es regular las respuestas al estrés- producen concentraciones más bajas de cortisol y de adrenalina -las hormonas del estrés-. Cuando los niveles de estas hormonas disminuyen en la sangre nuestro sistema nervioso consigue calmarse.
La desconexión se debe hacer entre unos cinco y siete minutos, en los que se realizarán los siguientes pasos.
Respirar
Son muchos los estudios que hablan de la importancia de respirar para disminuir el estrés. Además, es una de las recomendaciones del Servicio de Salud del Reino Unido.
Cuando nos encontramos en situación de tensión empezamos a respirar de forma más agitada y perdemos el aliento. Esto puede derivar en un aumento de la presión arterial, de acumulación de toxinas y en desequilibrios hormonales, explica Sisgold .
Es precisamente por esto que es tan importante que aprendamos a respirar para relajarnos ante situaciones de estrés. Un buen ejercicio, recomendado por Sisgold, es el de tomarnos el tiempo de respirar profundamente tres veces: inhalar por la nariz, llenar nuestros pulmones y exhalar lentamente por la boca.
Observar
La capacidad de examinar atentamente lo que nos rodea está enormemente influenciada por nuestras ideas, según los resultados de la investigación. Pero esto no es lo único, también nuestro nivel de estrés puede nublar nuestra observación.
Aplicando los dos pasos anteriores ganamos la posibilidad de observar con mayor claridad y, en consecuencia, poder detectar mejor todo aquello que nos rodea, lo que nos está produciendo el estrés y también examinarnos mejor a nosotros mismos para observar cómo estamos reaccionando, asegura Sisgold.
Su recomendación, examinar cada una de las cosas y cuerpos que hay a nuestro alrededor. Hacerlo durante al menos 60 segundos y descubrir las sensaciones que ese análisis nos produce.
Informar
En el cuarto paso de esta técnica, Sisgold recomienda que, tras haber dedicado tiempo a la observación, informemos de aquello que hayamos visto. El experto matiza que este paso se puede realizar tanto en voz alta, para escuchar nuestra voz, como de forma interna.
Tomar medidas
Teniendo claro qué nos está generando tensión y cómo estamos respondiendo a ello ha llegado la hora de tomar medidas.
Esto implica cambiar todo aquello que esté provocando la situación de estrés y mejorar nuestra reacción. Es decir, si observamos que estamos manteniendo partes de nuestro cuerpo en tensión ante una situación concreta, debemos corregirlo y relajarlas.
El experto recomienda tomarse unos 60 segundos para este paso.
Visualizar
Tras corregir la parte física, llega el momento de aclarar la mente. El sexto paso de la técnica consiste en tomarse entre uno y dos minutos para visualizar para formar una imagen mental de algo.
Según los resultados de la investigación las reacciones químicas de nuestro cerebro con este tipo de visualización pueden tener efectos terapéuticos. Además pueden ayudar a estimular su sistema inmunológico.
Reiniciar
Ha llegado el momento del último paso, reiniciar. Para hacerlo es necesario tomarse un momento y pensar en la próxima acción que queremos llevar a cabo. Ordenar las prioridades y mantener la concentración en aquello que decidamos hacer primero.
Una vez nos hayamos vuelto a enchufar a la realidad estaremos mucho más relajados.
Enlace a la noticia en La Vanguardia
Artículo publicado por gentileza de UNADAP
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